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Conocí a Augusto Monterroso en septiembre de 1997, cuando llegó a Costa Rica junto a su esposa Bárbara Jacobs a presentar su libro, publicado por Alfaguara, Cuentos, fábulas y lo demás es silencio. Me acerqué al Centro Cultural Español, conocido como El Farolito, en donde tendría lugar el evento en el que su esposa también presentaba un libro, Juego limpio. Era plena época lluviosa, y esa tarde había caído un chaparrón que provocó que la gente fuera llegando poco a poco al recinto en donde se iban amontonando los paraguas, mientras Monterroso conversaba, al fondo del salón en donde tendrían…
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