El sol en vez de cloro
LA TELENOVELA
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LA TELENOVELA
En casa de mi abuela y en casa de mi madre las camas nunca estaban hechas antes de las 11 de la mañana. De acuerdo con las más rancias normas chapinas, lo que digo deja ver el despropósito familiar, el desastre, la falta de orden. Recuerdo la casa de una amiga donde, si el orden y limpieza no reinaban a eso de las nueve de la mañana, la empleada era despedida. Claro que eso no sucede en estos días, lo del orden y la limpieza verdaderos a las nueve de la mañana, digo, porque las empleadas domésticas son una especie en extinción y cuando las hay en estos tiempos pandémicos, llegan a las ocho de la mañana, revuelven la casa con gran celeridad —han aprendido a usar todos los potingues y aerosoles que venden en los supermercados para disimular el sucio— y se van a eso de las tres de
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