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Existen dos personajes, emblemáticos en la literatura guatemalteca, cuya enorme estatura como escritores se encuentra en relación directa con los innumerables vilipendios recibidos a lo largo de su vida, pero sobre todo a lo largo de su posteridad, y principalmente por los mismos guatemaltecos. El primero de estos personajes es Enrique Gómez Carrillo; el segundo, Miguel Ángel Asturias. Yo no dejo de preguntarme qué es lo que empuja a nuestros compatriotas a asumir una actitud de rechazo y descrédito frente a estas dos figuras cimeras de nuestras Letras; en vez de sentirse orgullosos de poseer dos gigantes literarios entre nuestra galería de escritores, los injurian, basándose por supuesto en sus actos más criticables, pero jamás en sus obras, a las que por lo general desconocen. Un autor o una autora, por más grande que este o esta sea, es ante todo un ser humano, con defectos y virtudes, como todo
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