“Ixcanul” o el poder del signo estético
La respetada académica y crítica literaria Helen Umaña hace un análisis de la película del guatemalteco Jayro Bustamente, a partir de la rica simbología que se desprende de su tratamiento estético.
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La respetada académica y crítica literaria Helen Umaña hace un análisis de la película del guatemalteco Jayro Bustamente, a partir de la rica simbología que se desprende de su tratamiento estético.
En primer plano, el rostro hierático e impasible de una joven mujer que evoca las más perfectas esculturas mayas. Los ojos entrecerrados parecen reconcentrados en sí misma. Tal vez, un balance o evocación de lo que, en breve lapso, le ha tocado vivir. Quizá, presentimiento del amargo futuro que vislumbra… Después, la escena en donde su madre Juana le arregla el rostro y el cabello con esmero. El rompecabezas empieza a armarse cuando María y Juana arrastran al corral a un robusto cerdo para que preñe a la hembra. Frente a la expectante joven, aunque fuera de foco, los gruñidos de las bestias desfogan su sexualidad. Con impactante realismo, cumplida la función de semental, el cerdo es degollado: sin atenuantes, la incisión sobre la yugular y el rojo borbotón cayendo sobre un recipiente. En cascada, cada signo nos deja sin aliento. En la habitación que la familia comparte, Juana demanda
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