La patria del león Cecil
Por Sergio Ramírez
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Por Sergio Ramírez
La imagen del león Cecil me persigue en todas las pantallas de televisión de las salas de los aeropuertos, y no hay pasajero que no le dedique una mirada de conmiseración, mientras el locutor de la CNN hace el relato de la tragedia, que induce también a movimientos desaprobatorios de la cabeza, llenos de pesar. Cecil, de trece años de edad, era un amable huésped cautivo en un parque de Zimbabue, estimado por los visitantes, hasta que un forajido de nombre Walter Palmer, dentista de profesión, con domicilio en Minnesota, lo mató con un rifle de alto poder. No bastándole, hizo que lo despellejaran y le cortaran la cabeza para llevarla como trofeo a Estados Unidos donde seguramente pretendía adornar con ella su consultorio. Y la felonía se hace más explícita al saberse que pagó US$50 mil en sobornos para cazar a Cecil. Ya no son los tiempos de
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