Corresponsalía de Guatemala celebra los 81 años del Seminario de Cultura Mexicana
En el marco de la celebración se nombró a la escritora Delia Quiñónez como nueva corresponsal.
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En el marco de la celebración se nombró a la escritora Delia Quiñónez como nueva corresponsal.
Los 81 años del Seminario de Cultura Mexicana fueron celebrados por la corresponsalía guatemalteca el martes 28 de febrero. En el acto, que se realizó en la librería del Fondo de Cultura Económica, el historiador Aníbal Chajón brindó una perspectiva del contexto histórico mundial y mexicano desde ese ya lejano 1942, cuando se estableció la entidad por medio de un Acuerdo presidencial.
En ese entonces, el gobierno de México invitó a 19 intelectuales, entre los que se encontraban destacados artistas como Frida Kahlo, Mariano Arzuela y Manuel M. Ponce. A partir de entonces se crean corresponsalías en diversos estados mexicanos, con el compromiso de estimular y difundir la cultura.
Desde 2009, Guatemala cuenta con una de las cuatro corresponsalías del Seminario de Cultura Mexicana que hay fuera de las fronteras de México. Las otras tres se encuentran en España, Italia y Estados Unidos.
La representación guatemalteca es presidida por la periodista María Eugenia Gordillo, quien relató que fue precisamente en ese año cuando destacados artistas residentes en México, como Rina Lazo, José Luis Balcárcel y Carlos Navarrete, y la entonces embajadora guatemalteca en México Rita Claverie mostraron su interés por la formación de la corresponsalía en Guatemala. Tomando en cuenta el trabajo que Gordillo había realizado en favor del arte, la nombraron presidenta de la corresponsalía. Ella fue nombrada por el entonces presidente del Seminario, Arturo Arzuela. Destacó el apoyo que siempre ha brindado el Fondo de Cultura Económica y la Embajada de México.
Entre los asistentes al acto, se contó con María de Dolores Repetto, encargada de asuntos culturales de la Embajada de México y el escritor, antropólogo y arqueólogo Carlos Navarrete.
Antes de la intervención de Aníbal Chajón, el actual presidente del Seminario Méxicano de Cultura, arquitecto Felipe Leal, saludó y felicitó el trabajo de la corresponsalía guatemalteca y exaltó el “ahínco” de María Eugenia Gordillo.
Cultura en tiempos de cambios
En su conferencia, Chajón pintó el panorama que el mundo vivía en 1942, enfrascado en la Segunda Guerra Mundial. Para ese entonces, Alemania parecía estar ganando la guerra. Sin embargo, ya se habían establecido las alianzas entre la Unión Soviética, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. América Latina tiene un cambio importante, porque tanto el petróleo de México como los productos agrícolas de otros países fueron vendidos a Estados Unidos.
El investigador mostró cómo México había vivido tiempos difíciles en los inicios del siglo XX. Entre 1910 y 1917 se produjo la Revolución Mexicana; seguida de las dos guerras de Cristeras. Luego, en 1938 se dio la expropiación petrolera. En 1942, México definió su posición y declaró la guerra a los países del Eje, enemigos de Estados Unidos. El presidente era Manuel Ávila Camacho, quien puso fin al anticlericalismo, a la educación socialista y al agrarismo.
Chajón también analizó las circunstancias que se dieron en Guatemala entre ese 1942 y 2009, cuando se creó la corresponsalía guatemalteca.
La nueva corresponsal
En el marco de la conmemoración, la corresponsalía guatemalteca le dio la bienvenida como nueva corresponsal a la escritora Delia Quiñónez (1946). La poeta es Profesora de Enseñanza Media en Lengua, por la Universidad Francisco Marroquín y Licenciada Cum Laude en Letras, de la Universidad del Valle. Es miembro de número de la Academia Guatemalteca de la Lengua, pertenece a la Asociación de Mujeres Periodistas.
Fue la única mujer integrante del colectivo de poetas Nuevo Signo. Entre los premios que ha recibido se encuentran la Orden Vicenta Laparra de la Cerda y la Orden María Antonieta Somoza. Fue nombrada Vecina Distinguida por la Municipalidad de Guatemala. En 1989 la revista Naciones la nombró Artista del Año, además ha sido homenajeada en varias ocasiones por los Juegos Florales de Quetzaltenango. En 2016 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias.
Es autora de los poemarios Barro Pleno (1968), Otros Poemas (1982), Nos habita el paraíso (1990), Ultramar (1991), Vuelo de piedra puño y flor (1999), Rituales sobre la piel (2007) y Cantos rodados (2018), entre otros. Su trabajo también está incluido en más de 30 antologías.
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