Al volver a Guatemala se dio cuenta que muchos de los sonidos que había escuchado y con los que ya había experimentado no podían reproducirse con los instrumentos convencionales que había en el país. Así que él se propuso crear herramientas sonoras que le permitieran presentar las melodías que surgían en su mente y creatividad. Así comenzaron a surgir los que él mismo llamó útiles sonoros. Cada uno de ellos fue surgiendo de la necesidad de expresar distintos ambientes sonoros.
La primera en aparecer fue la sonarimba creada en 1971. Luego llegaron burbuxa, circumar, frobui, herroim, imbaluna, impomperia, pinza-Fer, periomin, teclambor, tortucir, troam, tubar, ululante 1, y sinusoido, entre otros muchos. Algunos tienen como base la marimba, pero varían sus sonidos porque se utilizan materiales tan como el aluminio, hierro, cañas de bambú, tecomates y caparazones de tortugas, entre otros.