La Cuaresma guatemalteca en las letras
Destacados literatos, fervorosos creyentes y estudiosos de las ciencias sociales plasman historias y tradiciones de la temporada.
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Destacados literatos, fervorosos creyentes y estudiosos de las ciencias sociales plasman historias y tradiciones de la temporada.
Los múltiples estímulos sensoriales y espirituales de la Cuaresma y la Semana Santa han sido plasmados en escritos literarios, académicos y devocionales. Las tradiciones guatemaltecas de la temporada han inspirado narraciones, poemas y ensayos que revelan la importancia que la conmemoración tiene a nivel cultural en el país.
De acuerdo con el escritor y editor Luis Méndez Salinas, hay al menos tres grupos de escritores que dedican textos a la temporada cuaresmal: los grandes nombres de la literatura, los académicos que analizan la conmemoración desde sus aspectos sociales, históricos y antropológicos y los devotos que escriben exclusivamente sobre este tema impulsados por su propio fervor.
Las grandes plumas
El recuento comienza con Miguel Ángel Asturias, quien mostró, por medio de sus escritos, su vínculo con Jesús de Candelaria. En el libro Sien de alondra está el poema Jesús de Candelaria, que, según Méndez, a partir del cincuentenario de la entrega del Premio Nobel a Asturias, ha sido revisitado con más frecuencia. Otras obras en las que ese literato retrata la fe y la veneración por las imágenes procesionales son Leyendas de Guatemala y El Señor Presidente.
Otro de los literatos que se ocupa de la Semana Mayor es Luis Cardoza y Aragón. Méndez Salinas señala que en su libro Guatemala, las líneas de su mano, el autor, quien había vuelto de un exilio de más de 20 años en octubre de 1944, dedica unas líneas de la Semana Santa que vivió en 1945 en La Antigua, su ciudad natal. Ahí relata su memoria con el Sepultado de San Felipe. Además, “hace una crónica maravillosa de la procesión que sale el cuarto domingo de Cuaresma de la aldea de Santa Ana”, refiere.
En el estudio La Semana Santa guatemalteca en la literatura, Francisco Albizúrez Palma comenta que en su libro El río, novelas de caballería, Cardoza ofrece una visión de las procesiones de principios del siglo XX.
En cuanto a Luis de Lion, Méndez destaca que en su cuento Los hijos del padre muestra el encuentro que se produce el Viernes Santo de las procesiones de la Escuela de Cristo y de San Felipe en La Antigua Guatemala. Ahí el autor enfatiza en las diferencias que se dan entre los fieles de ambas iglesias.
En el caso de César Brañas, Méndez explica que en sus crónicas se ven reflejadas las prácticas cuaresmales de los años 1930 y 1940. Él refleja cómo durante la temporada se rompía la vida cotidiana durante esas fechas en una ciudad como la Guatemala de esos años. Además, en Mareas cuaresmales, contenido en el libro Como un arco roto, el autor habla de las vivencias cuaresmales en La Antigua.
Otro de los escritores que aportó a la temática fue Francisco Méndez. El escritor originario de Joyabaj, Quiché, hacía crónicas que publicaba en las páginas del diario El Imparcial, del que era jefe de redacción.
Albizúrez Palma en su estudio destacó la crónica Prosa de Semana Santa, que José Rodríguez Cerna incluyó en su libro Tierra de sol y de montañas.
La academia y la tradición
Historiadores, antropólogos y sociólogos también ocupan un importante lugar en las páginas dedicadas a la Semana Santa. Ejemplos de ello son Celso Lara y Miguel Álvarez Arévalo. “Ambos en su momento, en los años 1970, empezaron a tender puentes con la cultura popular y a entenderla desde postulados eminentemente académicos, pero se volvieron sumamente populares”, explica Méndez Salinas.
El historiador Haroldo Rodas Estrada destacó en las décadas de 1980 al 2000 por sus columnas en las que hacía un registro de cada procesión. Esos textos están reunidos en varios libros que él mismo compiló y editó.
Entre los investigadores de la actualidad, Méndez reconoce el trabajo de Mario Ubico, quien por medio de investigación en archivos ha contribuido a construir la historia de las imágenes y los templos.
Otros académicos destacados, que incluso han contribuido a formar a otros, son Fernando Urquizú y Gabriel Morales.
Mención aparte merece Héctor Gaitán, quien, a través de sus relatos de ficción, como los recopilados en Leyendas de Semana Santa, retrató costumbres, devociones y tradiciones.
Frutos de la devoción
En los folletos que se entregaban a los cargadores que se llegaban a inscribir en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced hasta aproximadamente los años 1990, se lucían los textos Carlos Díaz del Cid. Sus crónicas, reflexiones y narraciones se convirtieron, según afirma Méndez, en la retórica tradicional y emblemática de la Semana Santa. Luego de que dejó de hacerlo, le siguieron otros escritores.
Entre las publicaciones que dan cabida a escritores de temporada o aficionados se encuentran la revista Las tres potencias, de la iglesia La Parroquia de la Santa Cruz. Además, cada hermandad tiene sus publicaciones, que ahora no solo son a través de medios impresos, sino también existen los espacios digitales.
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