Luis Argueta y su búsqueda de justicia

Cuando recibió el Premio Mayahuel Internacional, que le otorgó el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el cineasta guatemalteco Luis Argueta agradeció a la organización de ese importante encuentro no solo el reconocimiento, sino el recibirlo en el festival que tuvo a Guatemala como país invitado de honor. Al comentar este hecho sin precedentes para el cine del país, Argueta trae a la memoria las ilusiones que en 1996 tenían él y el fallecido Justo Chang al realizar ‘El silencio de Neto’. “Soñábamos con hacer una película que se viera con atención, cariño e interés en Guatemala, pero que traspasara las fronteras. Las expectativas se han sobrepasado”, declara en una entrevista concedida a ‘elPeriódico’. Argueta refiere la importante participación de Guatemala en el festival con 11 largometrajes, cinco documentales y seis cortos, así como más de 30 cineastas, productores, directores, actores y camarógrafos guatemaltecos. Argueta enfatiza en la importancia que tiene el cine para contar historias propias del país. “Esa muestra de cine guatemalteco en Guadalajara es evidencia de que se están logrando cosas, desafortunadamente sin el apoyo del Estado ni de las industrias que se beneficiarían muchísimo con el cine”, asegura. Argueta señala que la Ley de Cine se presentó por primera vez en 2007 y los cineastas continúan luchando para que se reconozca “este quehacer tan importante para el país” en el Congreso de la República. La temprana inspiración “Yo he sido un amante del cine desde antes de tener conciencia de que no era magia”, comenta Argueta. Cuenta que de niño y adolescente acudía a ver películas con mucha frecuencia. En cierta ocasión, él y sus compañeros estaban ubicados en la galería del cine Lux, cuando en el área de luneta explotó una bomba. Un recuerdo mucho más agradable fue cuando en el cine Reforma se organizó un concurso. “Pidieron que se escribiera una reseña de una película que se llamaba ‘La Montaña’, con Sean Connery. Yo escribí una crítica y gané el segundo premio”, relata. Encuentros y paralelismos Al concluir la secundaria, Luis deseaba salir de Guatemala porque sentía que, en ese momento, no podía cuestionar el ‘statu quo’. Obtuvo una beca para estudiar Ingeniería en la Universidad de Michigan. Paralelamente a la universidad había una universidad libre, en la que se compartían saberes de manera gratuita. Luis tomó un curso de cine en Super 8. Decidió estudiar literatura y, como parte de su maestría, escribió un guion basado en tres obras del dramaturgo español Fernando Arrabal. Con base en ese guion filmó la película ‘El triciclo’. Se mudó a Nueva York. Ahí, en 1977, leyó un artículo de ‘New York Times’ acerca del llamado “milagro del algodón”. En este se contaba que Guatemala se había convertido en el más grande productor en el área, gracias a la tierra fértil, pero sobre todo al uso de pesticidas que estaban prohibidos en Estados Unidos. Luis decidió venir a Guatemala con un grupo de amigos, a los que no solo les pidió que se pagaran sus pasajes, sino que invirtieran US$500. Así hicieron la película ‘El costo del algodón’ (1977). En ella, además de denunciar la contaminación producida por los pesticidas, retrataron las condiciones de los trabajadores que migraban del altiplano hacia la costa. “Esto ocasiona que la película sea prohibida (aunque no de manera oficial) y me aconsejan que no regrese”. En los años siguientes, Luis se dedicó a realizar trabajos publicitarios de alto presupuesto. Esto le permitió financiar la producción de ‘El silencio de Neto’. Entre otros reconocimientos, el filme fue parte de la selección oficial de Sundance Film Festival y fue incluido en la competición inicial de la 67 entrega de los Premios Óscar en la categoría de mejor película extranjera. Historias migrantes Haber estado en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 lo hizo cuestionarse. “Sentía que había vendido un poco mi alma, y si todavía había un pedacito que podía salvar quería hacer algo más”. Nuevamente, un trabajo publicado por el ‘New York Times’ le pone en contacto con el drama de los migrantes. Ahí se contaba cómo unos migrantes, sobre todo guatemaltecos, habían sido capturados y enjuiciados luego de trabajar en la Agriprocessors Inc., la fábrica destazadora y empacadora de carne ‘kosher’ más grande de Estados Unidos, ubicada en Postville, Iowa. Este caso fue el detonante para una trilogía de denuncia. La primera cinta documental fue ‘AbUSAdos: La redada de Postville’. Luego llegó ‘Abrazos’ (2014), un documental en el que niños de Worthington, Minnesota, se encuentran por primera vez con sus abuelos en San Marcos. La trilogía cerró con ‘La vuelta en U’ (2017). Esta narra los procesos legales que se derivaron de la redada de Postville. Luis recibió la Orden del Quetzal en 2015, el Premio Harris Wofford Global Citizen, de la Asociación Nacional del Cuerpo de Paz, y ha sido nombrado Lund-Gill Chair 2021-2022 en la Universidad Dominicana, en Chicago. En la actualidad, espera retomar su proyecto cinematográfico ‘Ausencia’, que debió poner en pausa debido a la pandemia.

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