El Conservatorio, de aniversario
La institución alcanzó 145 años de existencia de forma oficial.
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La institución alcanzó 145 años de existencia de forma oficial.
El máximo centro de estudios musicales del país está de aniversario. Esta semana cumplió 145 años de vida oficial. Lo celebró con una presentación virtual (un videoconcierto de 2019). La también casa de la Orquesta Sinfónica Nacional asumió la celebración en medio de la pandemia y a la espera de volver pronto a las actividades normales.
La historia del Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara se remonta a finales del siglo XIX. Fundado en 1873, funcionó originalmente en el Monasterio de Santo Domingo. Comenzó operaciones bajo el mandato de Juan Aberle Sforza. En ese momento, apenas 72 alumnos conformaban la institución. “En 1875, el Gobierno de Guatemala reconoció su existencia y brindó un aporte económico para su desarrollo”, explica el Ministerio de Cultura por medio de un comunicado.
A lo largo de los años, el cambio de sede fue constante. Tras abandonar Santo Domingo, el Conservatorio deambuló por varios edificios (como la iglesia La Merced y otros edificios educativos). En 1955 se trasladó a su sede definitiva: un edificio de esquina, hecho a la usanza del ‘Art Déco’ y ubicado en la convergencia entre la 3ª avenida y la 5ª calle de la zona 1.
La huella de Recinos
Dentro de las instalaciones del Conservatorio, la música combina bien con el arte. En el auditorio principal, adosadas a las paredes, más de 85 figuras aguardan con ansia cada concierto. Son los ‘Difusores acústicos’, una pieza monumental de Efraín Recinos. La obra tiene doble función: por un lado, aportar una mejora acústica al recinto; por el otro, integrar con arte la memoria de personas relacionadas con el mundo artístico. Según contaba el propio Recinos, no le fue fácil elegir a los personajes a retratar. Pronto se dio cuenta del “machismo” musical, ya que solo había hombres compositores. Decidió incluir escritoras, bailarinas y pintores en la ecuación. Hoy, los retratos de la Mona Lisa, Alfonsina Storni, Van Gogh y decenas de personalidades más son una marca de identidad para el edificio.
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Le gustaba cantar, beber buen trago, saludar la vida.
Follarismos.
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