El dilema de una silla histórica
Un objeto del Museo Nacional de Historia se debate entre conservar su sitio o volver a su origen.
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Un objeto del Museo Nacional de Historia se debate entre conservar su sitio o volver a su origen.
En uno de los pasillos del Museo Nacional de Historia, una silla antigua –decorada con un rostro felino– aguarda al visitante. No es un objeto cualquiera. Es la silla de Atanasio Tzul, dirigente indígena de Totonicapán que lideró una rebelión contra el sistema en 1820. El mueble es parte de la historia del país. Ahora, con ocasión del bicentenario del movimiento, desde su origen la reclaman. ¿Debe salir del museo y regresar a casa? El diálogo está abierto. La propuesta viene del artista contemporáneo Benvenuto Chavajay, quien por medio de una acción artística ha puesto el tema sobre la mesa. El artista, quien también impulsó que el nombre del estadio nacional cambiara a Doroteo Guamuch Flores, realiza la iniciativa como parte de una acción compleja. Tatuó en su espalda la imagen de la silla, como forma de sanar. “Soy como un trabajador social que usa la metáfora, la analogía, para
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