Los teatros en la era del “streaming”
Para los especialistas, si el público no llega a las salas, el espectáculo en vivo no sobrevivirá. La pantalla es solo un recuerdo de lo que se vio en el escenario.
Publicidad
Para los especialistas, si el público no llega a las salas, el espectáculo en vivo no sobrevivirá. La pantalla es solo un recuerdo de lo que se vio en el escenario.
“La ópera en casa”, “teatro y sofá”: en tiempos de coronavirus, los teatros han dado un acceso sin precedentes a sus producciones gracias al streaming con la esperanza de que se trate solo de un paréntesis, aunque puede ser largo.
Las salas de espectáculos, sobre todo en Europa, empiezan a ver la luz al final del túnel con fechas de reapertura, aunque el camino será largo antes de recuperar la normalidad, sobre todo por la obligación de aplicar reglas de distanciamiento entre los espectadores.
Confortablemente sentado en el salón de su casa, el público se vio inundado durante meses por óperas, ballets, conciertos y, lo que es raro, por obras de teatro, la mayoría de la veces, gratis. Este público ¿querrá volver a una sala reducida, con mascarilla, sin entreacto ni bar y esperando en filas interminables?
Hace unas semanas, la Filarmónica de París mostró cómo podrán ser los conciertos quizá hasta fin de año: sin público y difundido luego en streaming. En total, 320 mil visitas en la cadena de televisión Arte y en la plataforma de la Filarmónica, una cantidad “excepcional para un concierto clásico en Internet”, según la institución.
Millones que miran
Más de 2.5 millones de internautas han visto diez producciones de la Ópera de París, desde el Lago de los cisnes al Barbero de Sevilla.
El Teatro de la Comédie Française (la Comedia Francesa) ha puesto en línea al menos 80 espectáculos en ocho semanas, entre ellos grandes éxitos como Les Damnés de Ivo van Hove o piezas del “patrimonio” como Ondine de Giraudoux, con una joven Isabelle Adjani, rescatada de 1974.
El Teatro del Odeón difundió obras de Pirandello, Ibsen, Molière y hasta el Rey Lear de Shakespeare con Michel Piccoli, para rendirle un homenaje después de su
muerte.
El streaming ha sido todo un éxito. “Al cabo de un mes, solo para la Escuela de mujeres, un cuarto de las visitas procedían del extranjero. La prensa británica se hizo eco. Incluso (el diario) The Guardian le dedicó una crítica”, indicó Stéphane Braunschweig, director del Teatro del Odeón, que hizo la puesta en escena en 2018.
“Solo teníamos esta pieza subtitulada. Después, subtitulamos Tartufo y El misántropo. Al ver el número de visitas del extranjero, nos dijimos que había que desarrollar la oferta”, agrega el director.
El English National Ballet (ENB) registró un aumento de 70 mil seguidores en Facebook y YouTube en dos meses. “Quiero creer que se ha abierto una ventana a nuestro mundo y que la gente que no tenía el valor de ir al teatro ha visto quizá su primer ballet en línea” y que “emergerá un nuevo público” cuando reabran las salas, dijo su directora, Tamara Rojo.
El prestigioso Metropolitan Opera de Nueva York (Met), atrajo a 19 mil donantes nuevos y el número de abonados a su sistema VOD (video a la demanda) pasó de 15 mil antes de la pandemia a 33 mil.
A pesar de este “tsunami” digital, las salas quieren creer en un regreso del público.
Las emociones de una sala
“Habrá gente que tenga miedo al principio”, dice Michel Franck, director general del Teatro de los Campos Elíseos. “Pero no creo, al menos no lo espero, que la gente vaya a preferir las pantallas a las salas”, señala.
“Nada reemplaza a un
espectáculo en vivo. Ver una ópera o un concierto en un ordenador o en la televisión no tiene estrictamente nada que ver con el hecho de compartir las emociones con la sala entera”, agrega.
“En las grabaciones hay algo que falta. Ir al teatro es todavía uno de los últimos rituales” del ser humano, dice Manuel Brug, crítico musical en el diario alemán Die Welt.
Para Peter Gelb, director del Met, “si el público no viene al teatro, el espectáculo en vivo no sobrevivirá. La pantalla es solo un recuerdo de lo que se vio en el escenario”.
Publicidad
La tradición democrática de la primera gran República moderna empezará a restablecerse en el período que se iniciará, mal que le pese a Trump, el próximo 20 de enero de este joven 2021…
Por ahora, el festival está programado entre el 11 y el 22 de mayo.
Publicidad