Lady Pink, la primera dama del grafiti
Hace 40 años Lady Pink se convirtió en un mito, en la primera mujer que se aventuraba en el submundo del arte callejero.
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Hace 40 años Lady Pink se convirtió en un mito, en la primera mujer que se aventuraba en el submundo del arte callejero.
Lady Pink, “la primera dama del grafiti”, comenzó a pintar en los vagones del metro de Nueva York en 1979, cuando tenía 15 años, una de las poquísimas mujeres en un submundo ilegal, peligroso y casi enteramente masculino. Pero a los 50 y tantos años, esta mujer menuda, de largo cabello negro y pocas pulgas que desembarcó en Nueva York de niña, sin papeles, con su hermana y su madre, directamente desde la selva amazónica ecuatoriana, se gana la vida con su arte legalmente desde hace varias décadas y se declara ante todo “una empresaria”. “Nueva York estaba destruido, había mucho crimen y corrupción, y todo lucía terrible. Adolescentes, nos abocamos a la tarea de embellecer la ciudad”, explica en una entrevista en el sur del Bronx, donde está pintando un gran mural en la fachada de Casita María, un centro que ofrece servicios a 300 chicos latinos del barrio
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