¿Si esto fuera un interrogatorio policiaco y tu libro el objeto del delito, cómo describirías Coreografía del desencanto? – Son veinte relatos que pueden perturbar cierta seguridad en el orden de lo “moralmente” establecido. Todos los cuentos tienen su propio laberinto de lo absurdo, de lo poco común cuando la vida nos resulta sospechosa si no sabemos observarla. En mi libro los personajes hablan libremente de la soledad, del egoísmo, la traición, y por supuesto está hecho con ingredientes que suelen ser molestos en sociedades puritanas y mojigatas: la locura y el sexo. ¿Escribir es una buena manera de curar el desencanto? – Escribimos para dejar huellas, y para actualizar las sensaciones adquiridas en la niñez, es indudable, pero también lo hacemos cuando algo nos duele en alguna parte. El proyecto de este libro me sacó de un desencanto en el que yo había caído el año pasado, pero la