Los murales de San Bartolo están en la ciudad
Miles de fragmentos de pintura mural y más de una década de trabajo después, el Museo Nacional de Arqueología exhibe uno de los hallazgos más importantes de los últimos años.
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Miles de fragmentos de pintura mural y más de una década de trabajo después, el Museo Nacional de Arqueología exhibe uno de los hallazgos más importantes de los últimos años.
En las selvas eternas de Petén, algunos sitios arqueológicos mayas aún conservan secretos. Así lo demostró en 2001 San Bartolo, un enclave remoto en el que un grupo de arqueólogos encontró un tesoro: un conjunto de pinturas murales. El bien cultural sobrevivió a la reutilización del edificio, a la vegetación, al tiempo y a los saqueadores. Su hallazgo es considerado uno de los principales que se han producido en las tierras mayas en las últimas décadas. Ahora, fragmentos del mural aterrizan en el Museo Nacional de Arqueología (Munae) para que los visitantes puedan apreciarlos de primera mano. Originalmente, los murales se encontraban en un cuarto que fue parte de un complejo religioso. El sitio tuvo una actividad aproximada de cuatro siglos y en ese lapso se realizaron varias modificaciones a la fisonomía urbana. Las pinturas, que datan de alrededor del año cien antes de Cristo, se utilizaron por aproximadamente cincuenta
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