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Las artes circenses son un deleite visual. El cuerpo humano se funde con los objetos que lo rodean y se involucra en un lenguaje que deambula entre la comicidad y lo escénico. Así lo demuestran estas imágenes, capturadas por el fotoperiodista Walter Peña, de elPeriódico. Visitó el encuentro Guatecirko, realizado hace algunas semanas con participantes de México y Centroamérica. El fotógrafo continúa con este trabajo su línea de investigación visual enfocada en circos sin animales.
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