El artista visual Jorge de León irrumpió ayer en la Plaza de la Constitución y lo hizo con un objeto curioso y a la vez cargado de significado en la coyuntura actual del país: una guillotina. La pieza, instalada frente al Palacio Nacional de la Cultura, atrajo la atención de los transeúntes, quienes se acercaron durante el día a observarla, interactuar con ella y entre ellos para comentar sus posibles significados. Con una estructura en madera y metal, la guillotina se erigió desde tempranas horas en el espacio público. Es un símbolo poderoso de la Revolución Francesa, revuelta popular de la Francia del siglo XVIII, que terminó el descalabro del sistema de poder y con la monarquía a manos del pueblo. En el contexto local, la analogía está servida. De León explica sus motivaciones para realizar la instalación: “Me interesa hacer una analogía entre la historia, el pasado y el