Carta abierta al vocero de la Universidad Marroquín
EL BOBO DE LA CAJA
Publicidad
EL BOBO DE LA CAJA
Escribo los párrafos que siguen en reacción al texto de Luis Figueroa publicado en este diario hace una semana. Hola, Luis. Nos conocimos años atrás, en un almuerzo para columnistas de elPeriódico. (Bueno, en realidad fue tan sólo un apretón de manos, así que lo de conocernos es demasiado decir). Como sea, de tus ideas y creencias –diría Ortega– tengo una lectura más o menos precisa gracias a las entregas que compartís vía Carpe Diem. Aunque nuestras posiciones rara vez coinciden, te percibo como una persona reflexiva, escrupulosa y bienintencionada, opuesta por principio a venenos y cizañas. Mis pautas de urbanidad no son tan exquisitas como las tuyas, lo lamento; pero calma: tampoco voy a faltarte el respeto. Se me hace difícil establecer, eso sí, qué tanto de lo que escribís es a título personal y qué tanto lo hacés en apego a la institución que te paga el sueldo.
Publicidad
Publicidad