Mientras los niños lloran
lucha libre
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¿Tienen los objetos más derechos que las personas? Un producto cualquiera, inútil venenoso, hecho en China puede llegar a todos los rincones del mundo, atravesar las fronteras más estrictas y entrar a nuestros hogares sin que a nadie le extrañe y por muy poco dinero. No tienen la misma facilidad de movilidad las personas. Los pobres no pueden soñar con viajar, no tienen la opción de probar suerte afuera del muro que los contiene. No solo no pueden, sino que ahora se les criminaliza por intentarlo. Las banderas, las fronteras, las visas y pasaportes son inventos que nos enfrentan. Defendemos un terruño, un ejército, una tela, un color, algo abstracto como una patria. Y comenzamos a olvidar lo importante: las personas, las familias, el mundo, los lazos esenciales que nos hacen humanos. Desde que Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos, a los migrantes centroamericanos se les ha comparado
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