El puto amo
follarismos
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follarismos
¿Quién en nuestro país puede negar que el guaro es el puto amo, la columna vertebral, el centro de gravedad alrededor del cual gira todo lo que constituye la esencia del ser guatemalteco? Casi no hay en el mundo otro país donde el alcohol sea la substancia más utilizada para, por un lado, desinhibirnos y hacernos sentir que somos “alguien” y, por el otro, aceitar los engranajes de la sociabilidad. Sin guaro no hay sueño ni sosiego, no hay curiosidad, no hay audacia, no hay amistad, no hay deseo, no hay alegría, no hay baile, no hay emociones, no hay conversación, no hay acuerdos, no hay poder, no hay nada. Sin guaro, es como si nos quedásemos sin padre, sin sostén, sin vínculo, sin muleta. Constituye nuestra religión, nuestro tótem, nuestro dios. Digo esto, porque es un tema recurrente entre las personas que vienen a terapia, sobre todo hombres, aunque
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